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«De Espinosa,

los Monteros»

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El año mil ya corría

en las tierras de Castilla,

pero una vana traición,

boato daría a la Villa.

Que por un espinosiego

Don Sancho salvó su vida,

y éste bien agradecido

gran honor le ofrecería.

Esta es la historia señores

que les queremos contar,

estense todos atentos

que acabamos de empezar.

Corría el año 1006…

En el año 1006 el Conde Sancho García gobernaba Castilla con carácter de Rey; tras años de virulentas guerras de su abuelo Fernán González contra los moros, el Conde vive en paz e incluso amistad con sus vecinos, regidos por Mohamed Almohadio.

Amores y traiciones…

Esta armonía genera una relación amorosa entre Doña Abba, madre del Conde, y Mohamed, quien la persuade para que asesine a su hijo y ambos gobiernen juntos Castilla como matrimonio. Pero Elsa, cobijera de Dña. Abba, se entera de la traición y pone sobreaviso a su marido Sancho Peláez de Espinosa. Éste, fiel montero del Conde, le avisa de lo que su mujer ha escuchado y juntos traman la manera de desenmascarar a Dña. Abba, emboscar a Mohamed y acabar con él.

¡Lealtad ante todo!

Todo ocurre como el montero había predicho; en recompensa a su lealtad el Conde le premia creando el Cuerpo de Monteros, cuya misión será proteger las horas de sueño del Rey; una de las condiciones principales que deberán cumplir los miembros de este cuerpo es ser naturales de la villa de Espinosa.

Sinopsis

El argumento, basado principalmente en la leyenda de “La Condesa Traidora”, no pretende ser un espectáculo histórico, ya que se mezclan realidad y ficción, pero sí aporta gran número de datos reales, intercalados con otros de corte fabuloso, que cimentan una trama con tono de suspense. Se combinan escenas dramáticas con otras de tinte romántico y algunas pinceladas de humor, para hacer un espectáculo en el que participan entre actores, figurantes, niños, etc. alrededor de ochenta personas.

Evolución y trayectoria

En 2012 la representación se trasladó del polideportivo municipal al interior de la iglesia de Santa Cecilia, con el fin de encontrar un lugar más acogedor y facilitar el acceso del público. Esto proporcionó una fantástica escenografía, pero más limitada en tamaño, por lo que el elenco tuvo que rebajarse a unos 50 voluntarios.

A lo largo de los años, se han ido introduciendo pequeñas variaciones en el texto para adaptarlo a las nuevas condiciones, pero siempre manteniendo la idea principal de contar la creación del cuerpo de Monteros. En el año 2016 se pone en escena una nueva versión de «de Espinosa, los Monteros» donde se introducen nuevos capítulos surgidos en sus mil años de historia, mostrando su evolución y su trayectoria.

Así, la “Nana del Montero” nos sirve de hilo conductor de la historia; esta nana acompaña a Doménico, hijo de Montero, desde su nacimiento hasta su incorporación al cuerpo, siguiendo los pasos de su padre, de su abuelo… A partir de aquí se narran en forma de flashback diferentes episodios vinculados a la historia de los Monteros de Espinosa. Y nos detenemos en el año 1208; el rey Alfonso VIII, tras los estudios realizados por el abad de Oña, don Rodrigo, deja plasmados en documento escrito, y por tanto de manera oficial, los reconocimientos hacia los Monteros y las cualidades que debe tener todo aquel que aspire a serlo.

La Nana del Montero

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A la nana, nana mi niño se duerma
A la nana, nana mi niño ya sueña.
Duerma ya mi niño, mi niño se duerma
y con ser Montero mi niño ya sueña.
Quiere ser Montero cuando el niño crezca
y será montero con la realeza,
como lo es tu padre, como lo es tu abuelo… ya hace mucho tiempo de este oficio nuestro.